En un recorrido por el museo se puede conocer la vida de
la heroína quiteña entrelazada con los grandes héroes de la independencia,
Bolívar y Sucre. Manuelita, considerada como la mujer de América, ella que
cabalgó los Andes buscando la libertad de nuestros países y que decía: “Mi
patria es América, he nacido bajo la línea del Ecuador”, ahora cabalga por la
historia desentrañando la verdad de un pasado glorioso.
Remontarse al pasado, redescubrir su pensamiento,
encontrar la lealtad y el compromiso que le llevó a decir “La historia no se la
cuenta, se la hace”… es nuestro compromiso.
Desde los ventanales del museo, hacia la calle Junín, se
observan los altos y blancos muros del convento que aún preservan la vida
monástica de las monjas de Santa Catalina. Tras esas paredes, Manuela creció
bajo la tutela de las religiosas durante sus primeros cuatro años, por encargo
de su padre Simón Sáenz.
En 1988, el comerciante industrial Carlos Álvarez Saá
adquiere la casa y durante cuatro años trabaja en su restauración, respetando
en gran medida la estructura y materiales originales.
“Fue un cruce de
miradas entre Bolívar y Sáenz lo que cambió la historia de América Latina y
avivó la causa libertaria”. Álvarez aseguró que Bolívar no fue el único
extranjero que se dejó conquistar por el apasionado fuego que late en las
pupilas de las quiteñas.
Una colección de pinturas, cuyos originales se conservan
en la Sociedad Bolivariana, recoge importantes momentos en la vida de Manuela.
En la siguiente habitación, sobre el entablado de madera
que cruje con el caminar de turistas nacionales y extranjeros que visitan el
museo, están los muebles que pertenecieron a Antonio José de Sucre y a la
Marquesa de Solanda. En los corredores, la mirada de más de una quincena de
santos católicos acompañan a los visitantes en el recorrido. Son parte de la
colección de arte religioso.
En el segundo piso, 27 Cristos pertenecientes a la
Escuela Quiteña se muestran como evidencia de las habilidades de los primeros
artistas locales, entre los que destaca la perfecta anatomía de tres
Caspicaras. El tallado de la madera, los materiales utilizados y el delicado
encarnado se observan a través de las capas desgastadas de una de las
esculturas.
Monedas americanas con perfiles que miran a España y
otras europeas que miran hacia América se exhiben junto a decenas de armas de
fuego, espadas y sables. Álvarez trabaja en una investigación para profundizar
en la historia de cada moneda de la colección.
Dos bayonetas que se utilizaron en la Batalla de
Pichincha, con la cual se selló la independencia quiteña, escoltan un cuadro
con la imagen de una joven Manuela que aún tiene la mirada clavada en El
Libertador, quien viste un traje militar cubierto con una brillante capa azul.
Dirección: Junín OE113 y Montúfar esquina.
Horario: Lunes a viernes 10h00 a 16h00 para
tour guiados / Sábado 10h00 a 14h00
Precio: Adultos 4,00 USD / niños 1,00 USD /estudiantes
1,50 USD / adultos mayores 2,00 USD
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