El Parque Arqueológico Cochasqui se encuentra ubicado a
una altura de 3100 metros sobre el nivel del mar, en la provincia de Pichincha
en el cantón Pedro Moncayo, parroquia de Tocachi.
En 1988 fue declarado "Parque Arqueológico de
Investigación Científica, cuenta con una
extensión de 83.9 hectáreas en ellas esta distribuidas 15 pirámides, 21
montículos funerarios o tumbas y perteneció a la cultura Pre-Inca Quitucara.
Las funciones primordiales de estas pirámides son tres: religión, astronomía y
militar.
Constituye una representación arqueológica de la
extinguida cultura de los Quitu-Cara, pueblo guerrero que desaparecieron con la
llegada de los Incas al Ecuador.
Es un lugar privilegiado con una vista hermosa rodeado de
una bella vegetación y una fauna impresionante la cual nos permitirá de vez en
cuando mirar algún oso, conejos, pumas o simplemente la famosa llama la cual
está acostumbrada al increíble frio que hace en este mágico lugar. Al mirar a
nuestro alrededor fácilmente podremos transportarnos hacia 1500 años atrás
donde la Princesa Quilago reinaba en este lugar.
Hasta el momento este parque arqueológico de
investigación científica todavía es un enigma para científicos y arqueólogos,
pues algunos sostienen que el mismo fue un complejo habitacional para la clase
elite indígena de la época, otros concuerdan que fue un verdadero observatorio
astronómico y por otro lado, algunos dicen que fue un pucará o fortín para la
defensa militar. A pesar de no tener un consenso sobre la funcionalidad
original del complejo, se destaca la magia y energía que se siente en el lugar,
lo que se complementa con la belleza escénica de su entorno que permite una
visión de 240º para apreciar elevaciones como el Pambamarca, Pichincha, Cerro
Puntas, Cotopaxi, Cayambe, Illinizas; también se observa los valles de los
Chillos y Tumbaco, al igual que Quito y el Panecillo
Matriacado de Quilago
La zona de Cochasquí, de ascendiente cayambi, estaba
gobernada por la princesa Quilago, quien se había fortificado en los bancos al
norte del río Quispe (Pisque), lista a detener el avance de las tropas incas.
Entre escaramuzas, batallas y negociaciones, durante dos años, Quilago y sus
aguerridos guerreros, apoyados por el unificado señorío de Cayambi, detienen al
invasor.
La leyenda nos relata que ella, a pesar de ser prisionera
y del buen trato que le dispensó el Inca, nunca olvidó a sus compatriotas; por
ello en confabulación con el Señor de Cayambi, refugiado con el grueso de su
ejército después de varias derrotas en la zona Caranqui, urdió una trampa para
el Hijo del Sol, Huaina Cápac. En efecto, conocedora de la atracción que el
Inca siente por ella, lo invita a una recepción en su palacio, donde lo intenta
seducir con un erótico baile, en el transcurso del cual haría caer en un pozo
camuflado al Señor del Tawantinsuyo. Suponía que sin el Inca, como general en
jefe del ejército, los sureños no reaccionarían rápido, y ante la confusión
generada, las tropas cayambis atacarían exitosamente al desmoralizado ejército
quechua.
Este místico lugar invita a los visitantes a conocer el
valor y coraje de nuestros antepasados que fueron los pilares de lo que hoy es
la nacionalidad ecuatoriana, pues no en vano por diecisiete años esta zona fue
cuna de la resistencia contra la expansión del imperio inca.
COSTO: Adulto: $1,00, Extranjero: $3,00, Estudiantes
$1,00
HORARIO: Lunes a Domingo 09:00 a 16:30
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